Ahhh, pequeña charla.
(Sería muy gracioso si termináramos esta publicación solo con esa línea, ¿no? De todos modos, continuemos...)
La pesadilla de cualquier introvertido, la pequeña charla puede ser una tarea desafiante que, en ocasiones, puede hacer que cualquiera se sienta abrumado y ansioso.
Al igual que las galletas y los latkes, las conversaciones triviales son un elemento básico de la temporada navideña. Ya sea que vayas a un evento de exalumnos donde te reunirás con compañeros de clase o estés sentado frente a los abuelos de tu pareja, la pequeña charla es, para casi todos nosotros, inevitable.
La clave es venir preparado y le respaldamos en ese departamento.
Aquí está su guía de supervivencia para hacer que las conversaciones triviales sean muy sencillas en su próxima función social:
¿No tienes mucho que decir? ¡Hacer preguntas!
A las personas les encanta hablar de sí mismas, así que sazona tus conversaciones con preguntas que hagan que los demás conversen y te permitan mantenerte (mayormente) en silencio.
Iniciar una conversación es crucial, pero si realmente quieres continuar, ármate con excelentes preguntas de seguimiento que alienten a los demás a profundizar.
No hay nada de malo en escuchar y beber ponche.
Mantenlo informal
La fiesta en la oficina no es el lugar para preguntar sobre tu aumento o desahogarte sobre un colega.
El intercambio anual de galletas de su suegra podría no ser el *mejor* momento para entablar una acalorada conversación política.
En su lugar, manténgalo tranquilo preguntando a otras personas sobre sus hijos o mascotas, hable sobre su pasión por las donas o intercambie opiniones sobre las películas navideñas que más le gustan.
Intenta saludar a todos en la fiesta y mantén tus conversaciones ligeras.
Habla sobre las cosas que amas
Si estás atrapado en una conversación con alguien que apenas conoces, habla genuinamente sobre las cosas que amas.
Compartir datos sobre tu amor por el ciclismo de montaña o la cocina vietnamita les dará a los demás una idea de lo que te hace ser tú.
Probablemente también le ayudará a sentirse más cómodo y seguro, dos cosas que facilitan las conversaciones triviales.
conviertelo en un juego
La pequeña charla es un arte, pero puedes convertirla en un juego.
Si estás en una fiesta donde no conoces a nadie, mira a cuántas personas puedes convencer de que eres un taxidermista independiente.
O, si eso está un poco fuera de lo común, intente hacer un mnemotécnico con el nombre de todos.
Tener una estrategia de salida
Si la idea de una fiesta en la oficina te provoca escalofríos, ten un plan para hacer una pausa.
Quédate a tomar una copa y saluda a las personas que necesitan verte aparecer (jefes, director ejecutivo, etc.). Después de eso, eres libre de irte.
Quizás le prometiste a tu pareja que cenarías con ella. Quizás sea tu noche para dejar salir al perro que lleva todo el día encerrado...
Establece una hora, conoce el motivo de tu partida y diviértete hasta que necesites viajar.